jueves, 22 de julio de 2010

La apoteosis de la enseña

Una de las cosas por las que pasará a la historia el reciente triunfo de la selección española de futbol, en el pasado campeonato mundial, no será que se haya conseguido la victoria por primera vez, sino que como consecuencia del ansia y la expectativa, la bandera nacional ha dejado de ser patrimonio de fascistas afines y nostálgicos del régimen franquista. No parece que estos últimos estén enfadados con semejante asunción.
Por fin los españoles parecen sentirse orgullosos de su país y, como no parecen existir otras razones más edificantes, el meter un gol ante miles de millones de espectadores parece más que suficiente para sentir ese orgullo que únicamente los fascisto-franquistas, mostraban a menudo incluso con la pistola en la mano. Fueron otros tiempos sin duda.
Así, con una naturalidad que habrá echo despuntar alguna lagrimita al mismísimo Santiago Carrillo, cualquier españolito desmemoriado… o sin ningún interés por recuperar memoria alguna, exhiben y portan la enseña patria con el hurto del escudo, o del águila franquista, trocados como por arte de magia en toro de Osborne, o toro rampante, o torito a punto del descabello que, como no podía ser menos, enorgullece tanto a la izquierda como a la derecha más recalcitrantes.
La Transición pues, parece estar definitivamente superada.

sábado, 3 de julio de 2010

Una noticia más... sospechosa, evidente... y reveladora


El periódico Las Provincias, de fecha martes 29 de junio, sacó en su pagina 38 (correspondiente a la sección de economía) el articulo titulado: “Medio millón de personas fueron despedidas sin motivo en 2009”. Se hace eco de las afirmaciones del presidente del Consejo Económico y Social (don Marcos Peña) respecto a que no le parece lógico que el año pasado hubieran contabilizado 424.607 despidos improcedentes, o lo que es lo mismo, despidos sin motivo alguno; es decir, el 31 % de todos los despidos ocurridos en ese año (1.367.700 en total). Parece ilógico si, sobre todo si hacemos caso de la mentira que nos suelen contar últimamente nuestros políticos (nunca nos deberíamos cansar de repetir que nos pertenecen a nosotros y no al revés) de que la crisis es la responsable del incremento del paro.

Una vez más, podemos decir sin temor a sufrir querella por difamación o por lesión de honor, que la mayoría de nuestros políticos, sociólogos, economistas y sindicalistas nos mienten. Como poco, intentan confundirnos con declaraciones como las del ínclito y nunca bien ponderado don Gerardo Díaz Ferrán (el presidente de la mayoría de los empresarios), conocidísimo sobre todo por los trabajadores que dependen, para existir, de sus decisiones; cuando para explicar ese “ilógico” 31 % recurre a la especia de que cuando en un 80 % de los casos los empresarios recurrieron durante 2009, conscientemente, al despido improcedente, “es fácil comprender que no han encontrado otra solución”. Y añade con no poca sinvergonzoneria (como diría mi difunta abuelita) que eso “prueba que el mercado de trabajo era obsoleto y que no se podían demostrar nunca las causas económicas (ante Magistratura de Trabajo, se referirá) y funcionales para hacer un despido objetivo.” Y se queda tan ancho el tío. ¡Con un par de cojones! como diría el mismísimo y afortunadamente desaparecido, carente por cierto del citado par, Francisco Franco.

Otro día compondremos un glosario con los significados de las distintas denominaciones eufemísticas (por no decir embusteras) con que los listillos – más conocidos en los telediarios como los expertos – tratan de embaucarnos, como son: despidos objetivos, estructurales, económicos, procedentes, improcedentes… etc.

Quizás nos animemos a incluir y acuñar otros términos más “acercados” a la realidad de un trabajador que siempre tendrá que depender, para serlo, de gentuza como la mayoría de nuestros empresarios y no pocos de sus presidentes y que podrían ser: despido vergonzante, despido delictivo, despido de conveniencia, despido de juzgado de guardia, de ataque preventivo, de sometimiento sumario, despido porque si… etc.

Y si no, con el tiempo veréis cosa parecida. O más.

lunes, 7 de junio de 2010

Otra opinión sobre la (esta) crisis.


“Esto de la crisis parece que no levanta cabeza. Ahora le toca el turno a la bolsa: se desploma. Atrás quedó aquel aluvión de artículos sobre la perversión de un sistema que obtiene beneficios de la ruina ajena. Atrás, las críticas a la osadía irresponsable de los neocon americanos que, con la bendición de Bush, liberaron con regocijo y una puesta en escena grotesca (aparecían en una foto cortando con una sierra mecánica un paquete de leyes que supervisaban este tipo de operaciones) la economía especulativa, lo que derivó en un sinfín de maniobras fraudulentas que nos han sumergido en este laberinto del que muchos reincidentes quieren sacar tajada de nuevo.
La primera reacción fue virulenta y se habló de la necesidad del intervencionismo del Estado para evitar que la voracidad ilimitada de los especuladores diera al traste con el Estado del bienestar, pero enseguida resurgieron “los liberales”, que habían dejado pasar el tsunami en silencio, para aportar la solución: reformar el mercado laboral y recortar el gasto público. Las víctimas tendrían que pagar las fechorías de los malhechores.
Grecia ha hecho saltar las alarmas. El Estado colaboró en el fraude falseando las cuentas públicas y llevando al país al borde de la quiebra. No se sanciona a las sociedades que supervisan esas cuentas y sin cuya complicidad este caos no habría sido posible, pero, una vez más, los causantes del problema se hacen con el timón de las soluciones. La salida pasa por el sacrificio de los ciudadanos, y recuerda al padre borracho que redime sus culpas pegando a sus hijos, o devorándolos, como hacía Saturno en una medida profiláctica que le perpetuaba en el trono.”

jueves, 3 de junio de 2010

Fraudes laborales

Y yo me pregunto, ¿hace falta reformar el mercado laboral? ¿Es que no seria suficiente con que se hubiera aplicado con estricto respeto la legislación existente?

Porque si algo ha sido flagrante en los últimos diez o quince años, a sido la conculcación y la pasantía por el arco del triunfo de todas y cada una de las normas relacionadas con las medidas de reforma, fomento y creación de empleo.

¿Acaso este Gobierno, como los otros anteriores, ignora que los contratos temporales fueron fraudes generalmente reiterados?

¿Acaso no han sido utilizados una y otra vez (la figura del contrato temporal) para cubrir un puesto de trabajo que no tenía nada de temporal? Primero tres meses, luego recontrataban o prorrogaban el contrato hasta seis meses, y así, hasta que hacia imposible repetir (por ser dificilísimo) y saltarse la obligación de contratar indefinidamente al trabajador cuando se le contrata temporalmente con fraudulenta frecuencia. Y el INEM ni se enteraba, o si lo hacia, ni le importaba.

¿Y la inspección de trabajo? Es que son tan pocos… ¿como iban a controlar un fraude tan extenso? Magistratura de Trabajo, ¡jamás! Ellos no actúan de oficio, si no, los abogados laboralistas dejarían de ser tan necesarios… y en todo caso, como dijo un sindicalista de cuyo nombre no me da la gana acordarme: “Si son los empresarios los que crean empleo… ¿como vamos a denunciarlos?”

Durante décadas, las medidas de reforma del contrato de trabajo no han servido para el cometido para el que fueran creadas. De echo, para lo único que ha servido ha sido para que los empresarios, mediante “gestorías” intermedias, aprovechasen todo lo posible las carecías normativas y aplicasen lo que les diera la gana para que las reclamaciones quedasen de mano del trabajador implicado, que aunque fuera ganador de la demanda con derecho a indemnización, siempre terminaría despedido. Con unas cuantas veces que le ocurra, ese trabajador tendría la suficiente “famita” de conflictivo, como para que se arrepintiese de por vida de ser tan “quisquilloso” y legalista.

Y que decir del abuso de ser contratado como oficial pero con el salario base de un peón… o peor, ¡con el salario mínimo interprofesional! El trabajador no se da mucha cuenta porque en su nomina efectivamente recibe los novecientos, o mil, que le han prometido, solo que en forma de complementos, suplidos y demás eufemismos que pervierten y engañan tanto al fisco, como al trabajador. Así, cuando tenia que ser despedido y tenia derecho a prestación por desempleo, esta se estipula en función del salario base. No de lo que cobraba. Y caso de resultar herido o enfermo… el salario de baja, también se estipula según ese epígrafe. Es más, cuando se llega a la edad de jubilación, la cuantía de esta se estipula también con relación a esa casilla de la nomina que muchísimas empresas han subvertido o pervertido. ¿Cuántos euros serian los que se habrían ingresado en concepto de Seguridad Social si por todos los trabajadores se hubiera cotizado lo que tocaba?

¿Y de las horas extras? Como todo el mundo debería recordar, las horas extras están prohibidas por sistema, y solo se permiten cuando, motivadamente, se piden por escrito al Ministerio de Trabajo. O cuando resultan por causa de fuerza mayor, o desastre. Pero en España casi todos los trabajadores hemos tenido que soportar la realización de horas extraordinarias “simuladas” mediante el ardid anterior de anotarlas como suplidos, o  complementos. Lo que lleva a que tengamos que sufrir retenciones fiscales diferentes (y mucho menos favorables para los trabajadores) que las que correspondían caso de haberse declarado como horas extras. ¿Pero eso que importa? ¿Si solo se trata de trabajadores desgraciados, ignorantes que no saben ni lo que les interesa? ¿Qué más da, si protestan y denuncian? Con no volvérseles a contratar temporalmente… ¡pues eso!

Ahora nos anuncian un nuevo contrato de fomento de empleo (de carácter indefinido, eso si) que según nos dicen tiene un despido más barato. El hecho de que solo sea para aquellos que tengan entre treinta y cinco y cuarenta y cinco años, carece de relevancia y apenas se repara en ello. Será porque a los que estemos fuera del tramo de edad mencionado, estaremos a la espera de ser objeto de algún otro plan genial de la muerte del Gobierno, o será porque a lo demás es mejor que nos den bien por el esfínter, ya que con más de cuarenta y cinco ya estas en la lista de los prescindibles.

Pero aunque los que tengamos más de cuarenta y cinco disfrutemos muchísimo cuando nos dilatan forzadamente el esfínter del culo… eso no quita que nos merezcamos lo que tenemos… después de todo, quien si no, un puñetero y despreciable desgraciado que no merece vivir, puede estar sin empleo más de dos años cuando tiene cumplidos los cincuenta. O vive de su familia, o es un delincuente, una de dos. En ambos casos lo dicho, no merece vivir.

Eufemísticas ironías aparte, ¿quién o qué nos asegura que los empresarios no sigan haciendo lo mismo de falsear los salarios, las cotizaciones, las horas extras… (mediante “gestorías” y otras figuras a las que derivar las culpas caso de demostrarse mala fe)?

Pero claro, esto no se quedará aquí, pues al previsible y más que probable incremento de la edad del derecho a prestación por jubilación, se unirá la mencionada y fraudulenta cuantía a la que tendremos derecho cuando estemos en edad de no poder echarnos a la calle para pedir que se ahorque legalmente a los tiranos.

Cuando nos queramos dar cuenta, será muy tarde para protestar porque ahora, es demasiado pronto… ¿verdad?

Los jóvenes están siendo adoctrinados en futbologia y estupidez supina, de manera que, doctorados en esas disciplinas, cuando se quieran dar cuenta no representaran otra cosa que trabajo para forenses, policías, jueces y carceleros. Nada de lo que inquietarse, pues para esos trabajadores los contratos, las normas y las tablas salariales jamás serán defraudadas.

¡Son tan necesarios! Y mucho más en el futuro.

miércoles, 2 de junio de 2010

Ideas de peón caminero del Gobierno... y que nos perdonen los peones camineros.

No hace mucho que el Gobierno propuso una idea como solución para aliviar la crisis.

No se les ocurre otra cosa que rebajar el IVA en las obras de rehabilitación, reparación y lo que en las concejalas de obras públicas municipales se da en llamar, obras menores. ¿No se acuerdan? No fue hace mucho.

Esto es una prueba del distanciamiento de los miembros del Gobierno por un lado y la inhumana estupidez del Estado por otra, cuando unos pretenden ordenar el comportamiento y el otro manifiesta su torpeza para dispensar la felicidad a los ciudadanos.

Es que a estos gobernantes o bien les importa una mierda lo que hacemos, o lo ignoran. Ambas cosas confirman un extrañamiento con respecto a la sociedad, que es cada día más abismal.

Al parecer, estos señores, se creen que cuando un ciudadano acomete la reforma del baño de su casa, la reforma de la cubierta, el arreglo de bajantes o la tala de árboles en sus jardines (solo unos pocos ejemplos de obra menor), lo hace pagando la totalidad del IVA implicado. Y eso, porque seguramente creen que cuando el técnico implicado hace el presupuesto no ofrezca directamente excluir del precio final la totalidad de este impuesto, porque sabe que así, obtendrá el trabajo. O quizás porque nuestros gobernantes no creen que precisamente el cliente no se lo pida al operario con eso de que: “a ver si puede ser sin factura y así no pagamos el IVA…”
- Claro que sí señora… no faltaba más, pero eso sí, el IVA del termo que le instalo, se lo tengo que cobrar porque me lo cobran a mí –suele decir el fontanero de turno.
- Claro, claro… -admite el cliente.

Así que, si lo que este Gobierno (u otros) pretenden hacernos creer es que una tontería así puede servir para aminorar la crisis, no solo están equivocados, sino que están en la inopia.

Hace mucho que los ciudadanos hacen lo mejor que pueden para aminorar esta puñetera crisis. Todos eluden, en cuanto pueden, abonar el tan traído y llevado (y tan elevado) impuesto, sencillamente no pagándolo.

Claro que como nos dijeron tantas veces que con el euro se acabaría con el dinero negro, lo mismo resulta que solo son ellos los que se han creído semejante mentira. No seria la primera vez que el mismo mentiroso se muestre tan ansioso de que le crean sus mentiras que al final, resulta ser el único que se las cree.

viernes, 14 de mayo de 2010

¡Crisis! ¿Pero cual crisis?

Llevamos hablando de crisis... lo que se dice crisis a secas, como más de 50 años. Crisis generacional, crisis de valores, energética, económica, política, de genero, de progreso, de ideas, de pensamiento... y un larguísimo etcétera que se diría abrumador si fuera cierto. Es más, aparece impropio el término de crisis, aplicado a lo que esta pasando en estas últimas décadas del siglo pasado y las primeras del presente.

Porque de las siete acepciones que da el diccionario de la RAE (uno de los más autorizados por el momento) sobre el término crisis nos quedamos con dos, a saber:
- Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.
- Momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes.
Como decimos, existen otras cinco acepciones más cortas en palabras, pero menos específicas. Quien quiera puede consultarlas. Pero carecerán de poder disuasorio o diferente al enunciar y sostener que lo que hemos estado padeciendo durante este tiempo es una crisis.

Quien llame a esto crisis es un ignorante que ignora que lo es (como yo mismo antes de ponerme a pensar en ello e investigarlo) y si quien dice una mentira sin saberlo, se dice que es un pobre hombre que no sabe lo que se dice... cuando se trata de quien da, dice o participa información falsa a sabiendas de que lo es, no dudamos en llamarlo mentiroso, embustero, falso…

Porque lo que caracteriza a cualquier crisis, como se puede deducir por las acepciones del diccionario, es su carácter temporal y efímero, pasajero, o por lo menos, no duradero. Cuando en medicina una crisis se convierte en eterna, deja de ser una crisis y se convierte en patología nefasta.

Si en lo social, ahora, muchos se empeñan en nombrar lo que pasa como crisis, todo parece indicar que se trata de que esos, estén ejerciendo uno más (otro de tantos) de los intentos de domesticación de masas.
Por si no lo saben, entre las muchas técnicas de domesticación de humanos, figura la consistente en poner, o presentar, como efecto una causa, o como la causa alguno de sus efectos. La de presentar la crisis como algo pasajero, pero a la vez continuamente presente y en boca de cualquier individuo por bajo que sea su nivel de estupidez, es una de las más insidiosas e insultantes.

Más que nada, porque como a pocos se les escapa, esta técnica tiene el inconveniente de que algunos, tras unos cuantos años de vida (siempre y cuando no se padezcan enfermedades del tipo del Alzheimer, o cuando se trata de consumidores conspicuos de ciertas sustancias estupefacientes) aun logramos recordar. La memoria, es pues, el peor obstáculo para que esta técnica de domesticación sea efectiva.

Desde que recuerdo tener uso de razón, llevo escuchando la palabra crisis aplicada a la definición de lo que nos pasa, lo que sufrimos o lo que nos cambia... ¿Por que? Ahora va a resultar que la vida es una crisis permanente, o peor aun, eterna. ¿Y entonces no habrá existido jamás un tiempo o una época en que los humanos viviéramos sin sufrir una crisis? Fijaos si es insidiosa la idea (e idiota, digámoslo por fin), que ya no se habla de una crisis particular o singular… sino de "la" crisis, con el mismo laísmo con que mentamos a la Muerte, al Hambre, al Poder, a la Historia, al Derecho, a la Filosofía… o al Estado.

Cincuenta años son, ya, los suficientes como para saber de lo que estoy hablando. ¿O no?

Desde este blog, esos cincuenta años que os contemplan… me sirven para deciros… ¡que nos engañan! ¡Que nos mienten! y que somos todos, miembros de la especie más amenazada de extinción. Me refiero claro está, a la especie de los humanes libres. Porque la de los humanes esclavos, nunca ha sido tan floreciente como hoy.

Y eso no seria lo grave, puesto que hasta los egoístas que opinan que siendo ellos verdaderamente libres, aunque fueran pocos ya que lo importante tiene que ser por fuerza escaso, ¿qué les importaría a ellos la suerte de tanto esclavo como hay? Hasta ellos mismos están condenados también… pues a lo que parece, el objeto principal y obvio de toda domesticación humana que en la Historia aparece, es dar la opción de ser libre solo a los amos, y si uno no es dueño de alguien (cuanto mayor sea el numero de los poseidos, más libertad disfrutara el poseedor) entonces, por definición, nadie jamás podrá ser libre en este mundo de mentiras, embustes, engaños y depredaciones.

Y entonces, en esas circunstancias, si que parece posible que una crisis sea indefinida en el tiempo. Pero entonces, en ese caso, la palabra más adecuada para nombrar lo que nos pasa no es crisis sino decadencia porque esa, si que se puede prolongar indefinidamente.

Sinceramente.

jueves, 15 de abril de 2010

Un decálogo como otro cualquiera...

1.- Escucha la sabiduría de tu cuerpo, que se expresa por señales de comodidad e incomodidad. Cuando elijas cierta conducta, pregunta a tu cuerpo que siente al respecto. Si tu cuerpo envía una señal de inquietud física o emocional, ten cuidado. Si tu cuerpo envía una señal de comodidad y anhelo, procede.

2.- Vive en el presente, que es el único momento que tienes. Mantén tu atención en lo que existe aquí y ahora; busca la plenitud en todo momento. Acepta lo que viene a ti total y completamente para que puedas apreciarlo y aprender de ello; luego déjalo pasar. El presente es como debe ser. Refleja infinitas leyes de la Naturaleza que te han traído hasta este pensamiento exacto, esta reacción física precisa. Este momento es como es porque el Universo es como es. No luches contra el infinito esquema de las cosas; por el contrario, sé uno con él.

3.- Dedica tiempo al silencio, a meditar, a acallar el diálogo interior. En momentos de silencio, cobra conciencia de que estás recontactándote con tu fuente de conciencia pura. Presta atención a tu vida interior para que puedas guiarte por tu intuición, antes que por interpretaciones impuestas desde fuera sobre lo que conviene o no te conviene.

4.- Renuncia a tu necesidad de aprobación externa. Sólo tú eres el juez de tu valor; tu meta es descubrir el infinito valor de ti mismo, sin dar importancia a lo que piensen los demás. Al comprender esto se logra una gran libertad.

5.- Cuando te descubras reaccionando con enojo u oposición ante cualquier persona o circunstancia, recuerda que sólo estás luchando contigo mismo. Presentar resistencia es la reacción de las defensas creadas por viejos sufrimientos. Cuando renuncies a ese enojo te curarás y cooperarás con el flujo del universo.

6.- Recuerda que el mundo de allí fuera refleja tu realidad de aquí dentro. Las personas ante las cuales tu reacción es más fuerte, sea de amor u odio, son proyecciones de tu mundo interior. Lo que más odias es lo que más niegas en ti mismo. Lo que más amas es lo que más deseas dentro de ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución. El objetivo es un total conocimiento de uno mismo. Cuando lo consigas, lo que más desees estará automáticamente allí; lo que más te disgusta desaparecerá.

7.- Libérate de la carga de los juicios. Al juzgar impones el bien y el mal a situaciones que simplemente son. Todo se puede entender y perdonar, pero cuando juzgas te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar. Al juzgar a otros reflejas tu falta de auto-aceptación. Recuerda que cada persona a la que perdones aumenta tu amor a ti mismo.

8.- No contamines tu cuerpo con toxinas, ya sea por la comida, la bebida o por emociones tóxicas. Tu cuerpo no es sólo un sistema de mantenimiento de la vida. Es el vehículo que te llevará en el viaje de tu evolución. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar, porque cada célula es un punto de conciencia dentro del campo de la conciencia que eres tú.

9.- Reemplaza la conducta que motiva el miedo por la conducta que motiva el amor. El miedo es un producto de la memoria, que mora en el pasado. Al recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita. Pero tratar de imponer el pasado al presente jamás acabará con la amenaza del sufrimiento. Eso sólo ocurre cuando encuentras la seguridad de tu propio ser, que es amor. Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, porque tu fuerza interior es invulnerable al miedo.

10.- Comprende que el mundo físico es sólo el espejo de una inteligencia más profunda. La inteligencia es la organizadora invisible de toda la materia y toda la energía; como una parte de esta inteligencia reside en ti, participas del poder organizador del cosmos. Como estás inseparablemente vinculado con el todo, no puedes permitirte el contaminar el aire y el agua del planeta. Pero en un plano más profundo, no puedes permitirte el vivir con una mente tóxica, porque cada pensamiento crea una impresión en el campo total de la inteligencia.

Buen karma y saludos.

Deepak Chopra

La UE debatirá sobre la neutralidad de la red, pero ¿es que hay algo que debatir?

De un tiempo a esta parte en Europa las cosas se están poniendo cada vez más negras respecto a Internet. Las tensiones entre las telecos, los usuarios y algunas empresa nativas de Internet no paran de crecer, y para rematar la jugada también tenemos que varios países de la Unión Europea están aprobando “legislaciones antipiratería” que escapan a toda lógica (por ejemplo Francia o España).

Pues bien, ahora la comisaria europea de Telecomunicaciones, Neelie Kroes, ha anunciado su intención de celebrar un debate, antes de verano, centrado en el tema de la neutralidad de la red para dilucidar si es necesario legislar sobre diversos temas relacionados con ella (por ejemplo, y principalmente diga lo que diga ella, se plantearán cosas como la posibilidad de que las telecos le puedan cobrar una tasa a los buscadores, o la viabilidad de que dichas empresas ofrezcan “niveles diferenciados de servicio”).

Tras leer esto servidor empieza a temblar ya que se me escapa qué narices hay que debatir exactamente. Que a día de hoy las máximas autoridades europeas en telecomunicaciones vean necesario abrir un debate sobre cosas como si es viable o no permitir que las telecos cobren una tasa especial a los buscadores, es un problema serio. Cualquiera con dos dedos de frente y un poco de experiencia en la red sabe que las barrabasadas propuestas por las telecos y los del copyright carecen de sentido y solamente sirven para lastrar el avance de Internet (y ellos forrarse aún más).

Muchos tenemos claro que viendo lo que algunos plantean para el futuro de Internet, efectivamente es necesario aprobar nueva legislación, y llegamos a esa conclusión sin debate ni nada fíjate tú: una que proteja al usuario y a la red como la conocemos hoy en día, y que impulse por todos los medios el crecimiento de este gran ecosistema.

Nuestros políticos ya deberían tener clara su postura sobre todos esos temas sin necesidad de este debate por el medio, el cual nace muerto y solamente servirá para que las telecos e industria del copyright sigan presionando, y para continuar perdiendo tiempo que se debería ocupar en pensar y aprobar fórmulas que mejoren las conexiones, impulsen nuevos modelos de negocio, protejan al usuarios y un largo etcétera de cosas que a día de hoy fallan y frenan la expansión, en todos los sentidos, de Internet en Europa.

de http://alt1040.com/feed de Elías Notario.

martes, 13 de abril de 2010

Se admiten discrepancias, criticas, añadidos... complementos y apoyos... ¿alguien dá más?

DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DEL CIBERESPACIO
Por John Perry Barlow
Gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y acero, vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro, os pido en el pasado que nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. No ejercéis ninguna soberanía sobre el lugar donde nos reunimos.


No hemos elegido ningún gobierno, ni pretendemos tenerlo, así que me dirijo a vosotros sin más autoridad que aquélla con la que la libertad siempre habla. Declaro el espacio social global que estamos construyendo independiente por naturaleza de las tiranías que estáis buscando imponernos. No tenéis ningún derecho moral a gobernarnos ni poseéis métodos para hacernos cumplir vuestra ley que debamos temer verdaderamente.
Los gobiernos derivan sus justos poderes del consentimiento de los que son gobernados. No habéis pedido ni recibido el nuestro. No os hemos invitado. No nos conocéis, ni conocéis nuestro mundo. El Ciberespacio no se halla dentro de vuestras fronteras. No penséis que podéis construirlo, como si fuera un proyecto público de construcción. No podéis. Es un acto natural que crece de nuestras acciones colectivas.

No os habéis unido a nuestra gran conversación colectiva, ni creasteis la riqueza de nuestros mercados. No conocéis nuestra cultura, nuestra ética, o los códigos no escritos que ya proporcionan a nuestra sociedad más orden que el que podría obtenerse por cualquiera de vuestras imposiciones.

Proclamáis que hay problemas entre nosotros que necesitáis resolver. Usáis esto como una excusa para invadir nuestros límites. Muchos de estos problemas no existen. Donde haya verdaderos conflictos, donde haya errores, los identificaremos y resolveremos por nuestros propios medios. Estamos creando nuestro propio Contrato Social. Esta autoridad se creará según las condiciones de nuestro mundo, no del vuestro. Nuestro mundo es diferente.

El Ciberespacio está formado por transacciones, relaciones, y pensamiento en sí mismo, que se extiende como una quieta ola en la telaraña de nuestras comunicaciones. Nuestro mundo está a la vez en todas partes y en ninguna parte, pero no está donde viven los cuerpos.

Estamos creando un mundo en el que todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar, o el lugar de nacimiento.

Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coaccionado al silencio o el conformismo.

Vuestros conceptos legales sobre propiedad, expresión, identidad, movimiento y contexto no se aplican a nosotros. Se basan en la materia. Aquí no hay materia.

Nuestras identidades no tienen cuerpo, así que, a diferencia de vosotros, no podemos obtener orden por coacción física. Creemos que nuestra autoridad emanará de la moral, de un progresista interés propio, y del bien común. Nuestras identidades pueden distribuirse a través de muchas jurisdicciones. La única ley que todas nuestras culturas reconocerían es la Regla Dorada. Esperamos poder construir nuestras soluciones particulares sobre esa base. Pero no podemos aceptar las soluciones que estáis tratando de imponer.

En Estados Unidos hoy habéis creado una ley, el Acta de Reforma de las Telecomunicaciones, que repudia vuestra propia Constitución e insulta los sueños de Jefferson, Washington, Mill, Madison, DeToqueville y Brandeis. Estos sueños deben renacer ahora en nosotros.

Os atemorizan vuestros propios hijos, ya que ellos son nativos en un mundo donde vosotros siempre seréis inmigrantes. Como les teméis, encomendáis a vuestra burocracia las responsabilidades paternas a las que cobardemente no podéis enfrentaros. En nuestro mundo, todos los sentimientos y expresiones de humanidad, de las más viles a las más angelicales, son parte de un todo único, la conversación global de bits. No podemos separar el aire que asfixia de aquél sobre el que las alas baten.

En China, Alemania, Francia, Rusia, Singapur, Italia y los Estados Unidos estáis intentando rechazar el virus de la libertad erigiendo puestos de guardia en las fronteras del Ciberespacio. Puede que impidan el contagio durante un pequeño tiempo, pero no funcionarán en un mundo que pronto será cubierto por los medios que transmiten bits.

Vuestras cada vez más obsoletas industrias de la información se perpetuarían a sí mismas proponiendo leyes, en América y en cualquier parte, que reclamen su posesión de la palabra por todo el mundo. Estas leyes declararían que las ideas son otro producto industrial, menos noble que el hierro oxidado. En nuestro mundo, sea lo que sea lo que la mente humana pueda crear puede ser reproducido y distribuido infinitamente sin ningún coste. El trasvase global de pensamiento ya no necesita ser realizado por vuestras fábricas.


Estas medidas cada vez más hostiles y colonialistas nos colocan en la misma situación en la que estuvieron aquellos amantes de la libertad y la autodeterminación que tuvieron que luchar contra la autoridad de un poder lejano e ignorante. Debemos declarar nuestros "yos" virtuales inmunes a vuestra soberanía, aunque continuemos consintiendo vuestro poder sobre nuestros cuerpos. Nos extenderemos a través del planeta para que nadie pueda encarcelar nuestros pensamientos.

Crearemos una civilización de la Mente en el Ciberespacio. Que sea más humana y hermosa que el mundo que vuestros gobiernos han creado antes.

Davos, Suiza. 8 de febrero de 1996.

domingo, 11 de abril de 2010

¿Somos lo que pensamos?

A menudo esta pregunta me asalta con la certeza de que es retórica e inútil. Creo que no necesita contestación y sin embargo…

Miro alrededor rememorando el pasado que viví, así como cuando estudio e investigo el que no viví, encontrando que, es mucho más sencillo explicarlo todo cuando acepto que los pensamientos moldean el ser.

Se dice que un monje postuló hace unos siglos que cuando descomponemos en sus elementos más simples un problema, o un dilema, lo que queda al final es casi siempre lo acertado. Se llamaba Ockam… y siempre lo recordare por su “navaja”. Nadie debería olvidarlo ni a él, ni a muchos otros antes que él, cuyos esfuerzos y conocimientos forman la base de lo que somos… ¿o debería decir de lo que pensamos?

Sabemos que el cerebro humano es una de las maravillas más sorprendentes del Universo. Pero apenas si nos quedamos en eso, en un conocimiento curioso, poco útil, acaso inútil… nada más que una anécdota sin importancia, apta para decir en una de esas conversaciones, también inútiles, en las que el tema meteorológico se ha agotado, mucho antes de que los cubitos de hielo de la copa que compartimos con cualquier otro semejante, otro, cuyo cerebro, también, es tan maravilloso como el nuestro.

Sabemos y no hacemos nada. Ese puede ser el mayor pecado del último siglo. La peor pesadilla de todos los tiempos. Vivimos en uno de todos los mejores mundos posibles y estamos la mayoría de las veces en peores circunstancias que el esclavo medio de la época griega clásica. Tenemos a nuestro alcance el mayor caudal de conocimiento ”per capita” de todos los tiempos, y solo sirve para que nos sintamos desgraciados por no poder tomar cañas en chiringuitos playeros, no poder fumar en lugares públicos o no podernos gastar el dinero en la contemplación espectacular de una tortura ritualizada, y presuntamente cultural, denominada tauromaquia. Es curioso constatar que entre las herramientas tecnológicas más perturbadoras, elijamos casi siempre el chat para hablar de sexo con desconocidos. Es decir, para hacer lo que no nos atreveríamos a hacer cara a cara. Casi siempre somos capaces de matar o de morir por lo que alguien dice y casi nunca por lo que alguien hace. Con el chat ni lo uno, ni lo otro.

¿Es una queja?

No, más bien es una evidencia de que el pensamiento es más importante de lo que aceptamos. No en vano las palabras suelen servir para expresar los pensamientos, para articular y crear la materialización de ellos. Todas las cosas que vemos a nuestro alrededor, todos los objetos que podemos percibir fabricados por mano humana, no son otra cosa que pensamientos “materializados”. Y aun a pesar de ello, nuestro cerebro y su producto vale menos para nosotros mismos que cualquier político, un simple sacerdote, el más cruel de los capataces… o el más simple de nuestros maestros.

Podríamos estar varias semanas sin comer, varios días sin beber agua, uno o dos minutos sin respirar, y con eso, podríamos elaborar una lista con lo más importante y primordial para sobrevivir que todo el mundo aceptaría sin discutir. Pero cuando decimos que no podemos estar ni un instante sin pensar… enseguida encontraremos miles de necios dispuestos a rebatir que sea, el pensar, lo más importante. Cuando estamos sin pensar no somos humanos. Incluso los yoghis reconocidos hacen del no pensar un acto mental del que no se excluye, por definición, ni siquiera el pensamiento.

Ya lo mandó escribir el profeta aquel, el que era analfabeto, cuando nos explicaba que si se consiguiera poner voluntariamente a pensar sobre lo mismo, a mil millones de personas (por ejemplo) durante cinco veces al día… todos los días de su vida, ¡se podrían mover montañas! Hoy sabemos sin que nos quepa la menor duda, que también se pueden derribar rascacielos. Y sin embargo… seguimos empeñados en creer en dioses.

Se sabe que cuando miramos una flor, algunas áreas de nuestro cerebro se activan; igualmente se sabe, que cuando pensamos en una flor sin tenerla a la vista se activan las mismas áreas cerebrales. Para nuestro cerebro es irrelevante si algo existe ante nuestros ojos o está en nuestra imaginación. Es así de simple. Y así los judíos alemanes tenían cara de rata y aspecto despreciable en los tiempos de Hitler haciendo tan fácil su exterminio. Por eso, en España los republicanos, los comunistas y los que no eran derechistas acérrimos, tenían rabo y cuernos demoniacos… y por tanto, eran susceptibles de aplicárseles la ley de fugas, el paseíllo, la cárcel… el olvido. Sin embargo, en cuanto un rey destronado nos convenció de que pensáramos que éramos demócratas de toda la vida, desaparecieron de golpe y como si no hubieran existido jamás, tantas tumbas comunes, tantísimas fosas inmensas, miles de injusticias repetidas… no poca necedad extrema. En consecuencia nos dicen de múltiples maneras, que no debemos pensar, no porque sea posible revivir los muertos, sino porque entonces recordaríamos que lo importante es pensar, y entonces podríamos llegar a pensar que todos los reyes deberían ser destronados.

Hoy, apenas sesenta años después, el mundo que conocimos y que dio pié a este, se nos presenta como algo tan distante como una fiestecita de Nerón, una cruzada Papal o una persecución religiosa. Algo pasado o algo del pasado… algo que jamás volverá a existir.

Y sin embargo…