No hace mucho que el Gobierno propuso una idea como solución para aliviar la crisis.
No se les ocurre otra cosa que rebajar el IVA en las obras de rehabilitación, reparación y lo que en las concejalas de obras públicas municipales se da en llamar, obras menores. ¿No se acuerdan? No fue hace mucho.
Esto es una prueba del distanciamiento de los miembros del Gobierno por un lado y la inhumana estupidez del Estado por otra, cuando unos pretenden ordenar el comportamiento y el otro manifiesta su torpeza para dispensar la felicidad a los ciudadanos.
Es que a estos gobernantes o bien les importa una mierda lo que hacemos, o lo ignoran. Ambas cosas confirman un extrañamiento con respecto a la sociedad, que es cada día más abismal.
Al parecer, estos señores, se creen que cuando un ciudadano acomete la reforma del baño de su casa, la reforma de la cubierta, el arreglo de bajantes o la tala de árboles en sus jardines (solo unos pocos ejemplos de obra menor), lo hace pagando la totalidad del IVA implicado. Y eso, porque seguramente creen que cuando el técnico implicado hace el presupuesto no ofrezca directamente excluir del precio final la totalidad de este impuesto, porque sabe que así, obtendrá el trabajo. O quizás porque nuestros gobernantes no creen que precisamente el cliente no se lo pida al operario con eso de que: “a ver si puede ser sin factura y así no pagamos el IVA…”
- Claro que sí señora… no faltaba más, pero eso sí, el IVA del termo que le instalo, se lo tengo que cobrar porque me lo cobran a mí –suele decir el fontanero de turno.
- Claro, claro… -admite el cliente.
Así que, si lo que este Gobierno (u otros) pretenden hacernos creer es que una tontería así puede servir para aminorar la crisis, no solo están equivocados, sino que están en la inopia.
Hace mucho que los ciudadanos hacen lo mejor que pueden para aminorar esta puñetera crisis. Todos eluden, en cuanto pueden, abonar el tan traído y llevado (y tan elevado) impuesto, sencillamente no pagándolo.
